De la guerra imperial a la guerra de clases: rabia contra nuestros gobernantes

Los gobiernos occidentales han masacrado a innumerables civiles en Siria, Somalia, Yemen e Irak. Y usarán la guerra en Ucrania para justificar los ataques contra la clase trabajadora aquí.

Los gobernantes occidentales son culpables de sus propios crímenes, en la guerra y en sus propios países.

La horrible invasión de Rusia a Ucrania ha detonado una tonelada de hipocresía. Bombardeos, desplazados y muertos son las terribles consecuencias de cualquier invasión militar. Pero mientras las naciones occidentales denuncian la falta de humanidad del presidente ruso Vladimir Putin, parece que han olvidado la sangre en sus propias manos .

Las fuerzas occidentales han masacrado a innumerables civiles en Siria, Somalia, Yemen e Irak, por nombrar algunos. Hace apenas seis meses, Estados Unidos y Gran Bretaña huyeron de Afganistán después de 20 años de muerte y brutalidad causadas por su codicia e intereses imperialistas. Ahora, los políticos occidentales saludan la resistencia ucraniana, mientras califican la resistencia a sus propias invasiones como “terrorismo”. Y denuncian la valentía de los palestinos que resisten la maquinaria militar israelí .

Sus advertencias sobre las letales armas termobáricas o nucleares de Rusia se deslizan sobre el hecho de que Occidente tiene abundancia de ambas armas. Estados Unidos usó bombas termobáricas, que succionan el aire de los pulmones de las personas, en su guerra en Afganistán.

Bajo el pretexto del orgullo nacional, los gobernantes quieren reunir tropas para luchar por su causa. La secretaria de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, incluso dijo que Gran Bretaña “respalda absolutamente” a las personas que viajan a Ucrania para luchar. Sin embargo, la prisión, e incluso la Bahía de Guantánamo, esperaban a personas acusadas de viajar para luchar en Siria o Afganistán.

A pesar de todo su belicismo, los conservadores se niegan a reconocer el costo humano de la guerra. La ministra del Interior, Priti Patel, rechazó las demandas de ofrecer una exención total de visa a los ucranianos.

Patel afirma que los controles de seguridad deben permanecer en su lugar por temor a que los extremistas y los agentes rusos se hagan pasar por refugiados. El hedor de la hipocresía de los parlamentarios conservadores y laboristas en apoyo de las fronteras abiertas apesta. Están felices de cerrar de golpe las fronteras a los refugiados africanos y de Medio Oriente.

La amenaza de guerra les da a nuestros gobernantes una excusa para fingir que estamos unidos en una causa común. Es por eso que el peligro de Putin y la buena gracia de Occidente se bombean a cada paso. Al mismo tiempo, continúan con amargos ataques de clase: desde aumentos en el precio del combustible hasta aumentos de impuestos, pasando por recortes de beneficios y pensiones.

Hace sólo unas semanas, Johnson parecía listo para el despido, ya que dejó en claro que no tenía ningún interés en la vida de la gente común . No podemos permitir que la guerra entierre la necesidad desesperada de contraatacar. En todo caso, el aumento del gasto en el ejército y el armamento se utilizará para justificar los recortes y la austeridad. Entonces, así como nos oponemos a cualquier escalada en Ucrania, deberíamos lanzar una batalla urgente sobre el costo de vida.

Los socialistas deben rechazar la invasión rusa de Ucrania. Pero debemos oponernos firmemente a nuestros propios gobernantes que nos alimentan con el mito de que estamos todos juntos en esto. Sus mentiras solo ocultan su propia hipocresía.

Fuente: Socialist Worker newspaper