Los brutales ocupantes se convierten en “salvadores”: cómo opera el adoctrinamiento mediático en Afganistán// por Sara Reginella Publicado en 28 de agosto de 2021

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2 min readAug 28, 2021

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Las dramáticas condiciones en las que se encuentra actualmente el pueblo afgano muestran cómo veinte años de ocupación extranjera han fracasado totalmente en el intento de “exportar” la democracia.

Pero no quieres que la gente de Occidente piense en esto.

Así, las imágenes con las que se intenta arrojar humo a los ojos, muestran a personas en fuga y niños confiados a soldados estadounidenses, sin tener en cuenta cómo en estos largos años, las condiciones de la población, en presencia de esos mismos soldados, estuvieron ausentes de felicidad.

El significativo aumento de la producción de opio, así como las muertes y los inválidos provocados por esta guerra de invasión, quedan ocultos por las “postales” propagandísticas con las que intentan embotar toda forma de sentido crítico, en dirección al olvido, a una remoción de crímenes cometidos durante la ocupación.

La propaganda, de hecho, selecciona cuidadosamente las imágenes que se van a mostrar, las propone repetidamente y con igual cuidado selecciona las imágenes a ocultar.

En este sentido, si por un lado los ocupantes se muestran como salvadores que sacian la sed de los niños y los acogen más allá del alambre de púas, por otro lado no se hace mención a sus intereses económicos en el territorio violado.

Someter a la gente a un adoctrinamiento mediático de esta magnitud a diario es peligroso, el pensamiento crítico se debilita, la capacidad de pensar de forma autónoma se desgasta.

Ocultar las miles de muertes causadas por los bombardeos estadounidenses y el epílogo al ejército de ocupación como un ejército salvador no solo es dañino sino también deshonesto.

Sin embargo, el público que observa las imágenes cuidadosamente seleccionadas está emocionado, apasionado, persuadido de que están en el lado bueno y finalmente se regocija.

Así que cada día se reescribe la historia y lo que recordamos es la última escena de una película en la que, al ver al niño salvado por el soldado, lloramos, nos emocionamos.

Se ha producido la catarsis y el público aplaude, porque se ha alimentado de emociones, no quiere nada más.

Como en el cine.

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